lunes, 28 de noviembre de 2011

Capítulo 23



        No tengo tiempo de darle muchas vueltas a mi última reflexión, porque Pedro le pisa a fondo al acelerador y nos llevamos todos un buen susto.

         Debemos de ir al menos a 140 kilómetros por hora, los coches nos pitan cuando los esquivamos. Si la policía no nos había reconocido aún, seguro que ya no les pasamos desapercibidos. Lo peor es que ya no debe de quedar mucho trayecto de autovía hasta Almuñécar (creo que vamos a esta ciudad), y si cogemos una carretera secundaria a esta velocidad nos vamos a estrellar seguro. Entonces, los pocos que consigamos sobrevivir tendremos el futuro que imaginé antes.

-      ¡Papá, reduce la velocidad, que voy a vomitar!

Miro a Jessica, que va a mi lado con la cara verdosa. Me aparto asqueada, pero cuando cogemos una curva al salir de la autovía salgo disparada hacia ella (llevo el cinturón, no penséis mal) y ocurre lo inevitable.

Vomita encima de la alfombrilla lo que parece ser la comida de un mes., aunque por un poco consigo no mancharme. Aun así, el olor me revuelve el estómago a mí también. No soy la única a la que afecta el vómito de Jessica,  Christian empieza a quejarse también:

-      Mira, Pedro, yo sé que estás completamente loco y que no voy a poder razonar contigo –dice con tono de necesitar mucha paciencia-, pero por tus dos hijas a las que vas a matar, ¡bájanos de aquí, coño!

-      Tú, niño, no te me pongas chulo. Llegas a no ser el novio de Jessica y te habría soltado ya dos bofetadas y te habría dejado tonto.

Xin Yi, que va delante con Pedro y Christian nos mira buscando ayuda. Jessica y yo estamos completamente paralizadas, ella por el mareo y el pánico, yo solo por la segunda razón. En cambio Axel rebusca en una mochila amarilla que había llevado todo el rato a los pies. De ella saca una cajita y un mechero. Saca un cigarro de la caja y lo enciende, eso sí que no me lo esperaba.

-      ¡No me miréis así, que no es para mí! –se lo da a Christian, y antes de que podamos pensar que es para él, se lo da a Pedro.

El hombre le da una calada mientras que un humo de olor empalagoso que asegura que el cigarro no es tabaco se extiende por la furgoneta.

La verdad es que no me convence la idea de drogarle, aunque se haya tranquilizado un poco. Según dijo antes Christian, está loco y llevar un loco fumado conduciendo a toda velocidad por carreteras llenas de curvas… en fin, no me gusta demasiado.

Miro a Axel, que normalmente es un chico prudente pidiéndole una explicación sobre su decisión. Se ve que no quiere que Pedro escuche lo que me va a decir, porque saca una libreta de la mochila y escribe:

Era un plan de emergencia, por si se ponía muy mal la cosa, está todo previsto.

Como su explicación no me convence, le quito el bolígrafo y le contesto:

Es peor el remedio que la enfermedad, no entiendo cuál es el plan.

El resto de la conversación se desarrolla por notas, así que tendréis que aprender a distinguir nuestras letras.

Dentro de poco estará tan drogado que obedecerá a cualquier cosa que le digamos. Le haremos frenar el coche y conducirá Christian hasta que lleguemos a nuestro objetivo.

Christian es menor de edad.

Ya lo sé, pero sabe conducir. Es un gamberro, una vez se llevó nuestra casa (que es una caravana) de paseo por toda Almería.

Estáis todos locos. ¿Adónde se supone que vamos?

Al piso de tu padre en la playa. Su plan era que os quedaseis allí hasta que él pudiese adoptaros a las dos, no esperábamos que se formase tanto revuelo. Nosotros nos íbamos a quedar allí a cuidaros.

Pues nos van a pillar y acabaremos todos en un reformatorio. Me da cosa haberos metido en esto a Christian y a ti.

No pasa nada, nuestra vida es muy aburrida y no tenemos nada que perder. Ni familia, ni otros amigos (aparte de vosotras), ni estudios…

Decidí no hacer preguntas sobre su familia, no estaba la situación para tocar temas delicados. Le pasé la libreta a Xin Yi, que la leyó rápidamente e hizo un gesto dando a entender que Axel y su hermano estaban locos.

Poco después Pedro estaba lo suficientemente drogado (tres porros seguidos) y Christian tomó el control del vehículo. Para distraer a la policía (a la que dejamos atrás) bajó a Pedro de la furgoneta y le abandonó en el campo.

 Esto es una locura. Tengo que intentar llevar una vida un poco más normal. Como dice la canción: Algún día, lo dejaré algún día, dejaré esta vida que me arrastra a la deriva.

-----------------------NOTA DE LA AUTORA-------------
¡Hola! Ya estoy aquí con mi notita pesada. La verdad es que no tengo mucho que decir, pero vuelvo a pedir perdón porque creo que esto se me está llendo de las manos.
Drogas, secuestros... yo quería que esto fuese realista, pero tengo demasiada imaginación.
Bueno, no os caliento más la cabeza. La canción es "Algún día" de... ¿ya sabési de quién es? Seguro. Haze, como no.
No sé si la he puesto otras veces, tengo memoria de abuela.  Nada más, ánimo con los examenes (que yo al menos tengo muchos)
El viernes nos vemos :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario