viernes, 18 de noviembre de 2011

La muerte de los padres de Xin Yi


Contado por Xin Yi:
Llevaba un tiempo notando a mis padres algo distantes. Mi madre había cerrado la tienda unos días atrás, porque a penas iba gente. Mi padre hacía “trucos de magia” por las calles, así que a penas ganaba unos 20 euros al día.
Eso no habría sido problema si mi madre no fuese diabética (enfermedad que yo no heredé), y no tuviésemos que comprar insulina y bolsas gigantes de caramelos.
El caso es que cuando cerró la tienda, me mandaron acostarme temprano. Me dormí pronto, pero no tardaron en despertarme gritando.
A esas mentes mal pensadas, os digo que ojala hubiese ocurrido lo que estáis pensando, pero no fue así. Se gritaban cosas horribles, que aunque ya han pasado muchos años, prefiero no recordar.
Yo sabía que se iba a montar un buen follón, pero no esperaba que llegasen a tanto, creía que simplemente decidirían volver a China. Pero el caso es que después de los gritos empezaron a escucharse golpes, cristales rotos y, al final, un portazo.
Pensé en levantarme e ir a pedirles que se calmasen, pero me dio miedo. Me podían regañar o, teniendo en cuenta lo enfadados que parecía, hasta podrían pegarme.
El caso es que al final me dormí y no desperté hasta bien entrada la mañana siguiente. No me gustó nada ver el sol tan alto, porque mi madre me tendría que haber despertado a las ocho para ir al colegio, y ya eran más de las diez. Fui a la cocina y me la encontré hecha un caos. Ya escuché la noche anterior los cristales rotos, pero supuse que los barrerían mis padres.
Pero lo peor no era eso, ni mucho menos. Junto a la puerta que daba a la cocina, había una gran mancha de algo que solo podía ser sangre. Me puse muy nerviosa, pero conseguí marcar el número de emergencias en el teléfono y expliqué lo que había ocurrido.

A partir de ahí, todo ocurrió muy rápido. Sé que estuve en varios juzgados y recuerdo que tenía pesadillas por las noches, que pasé en casa de mi vecina.
No sé cuanto tiempo pasó, pero unos días después estaba en un orfanato, en el que un montón de monjas me dieron la bienvenida. Allí fue donde conocía a Katia, y donde tendré que pasar al menos año y pico más.
Ese mismo orfanato, el Santo Cristo de la Victoria, me vería después conspirar junto a mi mejor amiga contra las monjas que me habían acogido.

 ----------NOTA DE LA AUTORA----------
Muy buenas, gente. Supongo que os estaréis preguntando que por qué os cuento esto. Pues la verdad es que es mala leche pura (jeje). Se que el capítulo anterior os dejó con la intriga, así que este capítulo que no es capítulo está aquí para haceros sufrir. Os va a tocar esperar hasta el lunes para leer lo que ocurrirá con nuestras protagonistas.
Y como esto no es un capítulo, tampoco tiene canción, aunque si queréis una sobre el maltrato de género os recomiendo "La bella y la bestia" de Porta y "Rompe tu silencio" de Haze
Nada más, feliz fin de semana :)

2 comentarios:

  1. ¡¡Qué mala eres!! :@ ¡Ay, la de la bella y la bestia me gusta! xD

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  2. Podrías haberles matado de una forma peor, he sido buena :)
    Me alegro de que te gusten las canciones ^.^

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