lunes, 21 de noviembre de 2011

Capítulo 21

Increíble. Agobiante. Impresionante. Horrible. Doloroso. Estas son algunas de las palabras que describen los últimos acontecimientos.

Estoy un poco mareada, y mis nuevas compañeras de habitación me miran curiosas.

Sor Mercedes me trajo hasta aquí a rastras hace cosa de media hora y desde entonces no me he dignado a dirigir palabra a ninguna de mis nuevas compañeras.

No sé lo que habrá pasado con Christian y, aunque suene egoísta, en estos momentos no me importa mucho. El probablemente no tendrá más problemas que una advertencia de la policía (que vino hace un rato) y un castigo de sus padres. Yo, sin embargo, he visto mi vida cambiar radicalmente en menos de diez minutos.

Encuentro a mi padre que me abandonó hace tantos años que ni le recuerdo intentando adoptarme, me entero de que tengo una hermanastra a la que odio y que me han separado de mi mejor amiga hasta que salga de este maldito orfanato. Sobre todo, eso.

Puede que hayan pasado cosas duras de asimilar, pero como este detalle, que seguro otra persona vería insignificante, no ha habido nada tan malo desde la muerte de mi madre.

Desde que conocí a Xin Yi, con nueve años cada una, no nos hemos separado para nada. Aunque  a veces hemos discutido, para  mí es como una hermana, siempre nos lo hemos contado todo y hemos estado ahí en los momentos difíciles.

Aunque he tratado bastante mal a mis nuevas compañeras,  una de ellas se acerca mí, se sienta en la cama y aprieta la mano.

-      No sé si es cierto, pero he oído que te han prohibido volver a juntarte con tu amiga. Lo siento de verdad, si quieres puedo hacer de mensajera entre vosotras.

Esto me llega muy hondo, parece ser que la chica (no tengo ni idea de cuál es su nombre) entiende lo mal que lo estoy pasando.

        En ese momento se oyen gritos en el pasillo y sonidos de cristales. La chica que me ha cogido la mano sale a ver lo que está ocurriendo y me llama con cara de sorpresa.

        Salgo a la puerta, intrigada por el escándalo que se ha montado y me encuentro con las monjas dando órdenes a alguien que no puedo ver, con Sor Remedios intentando alejar a las otras chicas que se están acercando a cotillear y con Sor Elena enganchada al teléfono inalámbrico diciéndole incompetente a la persona que está al otro lado.

        En medio de todo este caos se ve a Sor Alicia, apartando a la gente a codazos. Cuando llega hasta mí se detiene y me coge por el brazo.

-      Baja, corre –me susurra.

-      ¿Qué ocurre?

-      Te llevo a verlo, pero no quiero que me vea la Madre Mercedes. Corre –me despido de mi nueva amiga y sigo a la monja.

Bajamos las escaleras a toda velocidad, cuando llegamos abajo las dos estamos sin respiración. Salimos a la puerta y a uno de los lados están los chicos, Xin Yi (que no sé cómo ha bajado), Jessica y mi padre.

Me acerco corriendo a ellos, aunque no tengo intención de hablar con mi padre. Al preguntarle qué estaban haciendo, Jessica me responde con mucha normalidad:

-      Papá, que es un caprichoso y quiere llevaros a ti y a la china.

Me contengo las ganas de pegarle por haber hablado con ese tono despectivo de Xin, y decido preguntarle a Áxel.

-      La parte de que es tu padre la sabes, ¿no? –asiento- Pues estaba en el orfanato cuando se montó el lio con Christian. Y a partir de ahí no sé lo que ha pasado, pero dice que a ti tiene derecho a llevarte y que ya hará lo que pueda con Xin Yi.

Me quedo a cuadros con las locuras de mi padre (no me gusta llamarle así, le diré Pedro a partir de ahora), pero después de los últimos acontecimientos prefiero no seguir en el orfanato. 

Lo de los cristales era que, para distraer a las monjas hasta que yo bajase, habían decidido romper una vidriera que había en la pared principal. Alicia colaboró porque le debía no sé qué favor a Pedro.

Cuando me estoy montando en la furgoneta azul de Pedro con los demás, me doy cuenta de que esto es una locura, pero una locura que promete hacerme más feliz de lo que podría haber sido en el orfanato.

Como dice la canción: La razón habla otro idioma distinto al del corazón.
------------------------------Nota de la autora------------
Muy buenas tardes, gente. Este es el capítulo 21, ya sé que o esperábais. Supongo que habéis notado que la cosa se me está yendo de las manos y que cada vez es todo más subrealista. Espero que no os moleste, es que voy escribiendo los capítulos tal y como se me va ocurriendo, no me paro a pensar si es una locura o no.
Como ya está escrito, no se puede remediar (me da pereza modificarlo).
Quiero anunciar que una amiga (la antigua dibujante y yo) estamos empezando con otra historia, que empezaré a colgar cuando acabe con esta (si no nos morimos antes, porque a esta le queda mucho). El caso es que no tenemos muy claros los títulos, pero van a salir tres o cuatro partes. El conjunto en general se llamará Crónicas de la Pastelera. ¿Suena raro, verdad? Seguro que os acaba gustando.
Por último, tengo que decir algo que seguro que os va a impactar... ¡Anunciaré el título de la canción! (jeje, os he asustado) Es "Nadie me Entiende" de Haze.
Nada más, muchas gracias por leer la historia ^.^


No hay comentarios:

Publicar un comentario