viernes, 30 de septiembre de 2011

Capítulo 8

Tengo que haber hecho algo gordo en contra de alguien, porque seguro que me han echado el mal de ojo. No se puede tener tan mala suerte. Mira que es grande el mundo, mira que hay días... Pues no, la única vez que hago algo prohibido me encuentro a Doña Alejandra.
Como si no fuera bastante malo que me pillaran fuera del orfanato a estas horas de la noche, además estaba en compañía de dos chicos, se nos iba a caer el pelo. Me quedé completamente muda, sin poder responder. Xin Yi parecía estar igual que yo, así que Christian se decidió a hablar por nosotras:
-Buenas noches, señora -le estrecha la mano con mucha calma.
-Huy, encantada, chico. No te había visto. ¿Eres amigo suyo?- nos señala a Xin Yi y a mí.
Entonces, al ver la pregunta de Alejandra y los nerviosas que estábamos parece darse cuenta de que sabe que nos hemos ido del orfanato.
-Este... no exactamente, aunque me gustaría llegar a serlo. -empieza a hablar con tono italiano, aunque lo hace bastante mal-Soy uno de los gerentes del circo, me llamo... Baptiso Pompozzi y el es mi hermano... Adriano. Hemos traído a estas chi...
-Ay, yo no quiero ser antipática, hijo, pero no cuela. Eres muy joven para tener un cargo tan alto y además tu acento italiano es “molto pessimo”. -sonríe y nos mira a nosotras- Si queréis que os diga la verdad, yo también hice esto cuatro veces con vuestra edad, pero yo no iba al circo, vosotras sois más inocentes.
-Doña Alejandra... -he conseguido hablar- por favor no le diga nada de esto a las monjas -le suplico.
-Ah, ¿por eso estabais tan nerviosos? Que poco confiáis en mí, deberíais saber que a mi este tipo de travesuras me encantan, si hacéis más contádmelo. -me pellizca la mejilla cariñosamente y le estrecha la mano a Christian, que parece haberle caído bien- Bueno, yo ya me voy, bue...
En ese momento empieza a sonar el típico tono de “Movistar” dentro de su bolso. Saca el móvil y pulsa el botón de descolgar.
-Sí, soy yo... Sí, estoy en el pueblo... Claro, tranquilícese, las encontraremos. Cuelga a toda velocidad y nos mira con ojos de estar a punto de darle un ataque.
-Creo que os han pillado... -dice Axel.
-Sí -confirma Alejandra -Lo mejor va a ser que vayáis al centro del pueblo y hagáis ver como que os habíais escapado para ir a la heladería...
Pero en ese momento ya es demasiado tarde. Acaban de llegar dos monjas a las que desde donde estamos no se les ven las caras, montadas en un coche de policía, se diría que una de ellas es Remedios, porque viene gritando todo tipo de blasfemias, mientras la otra le dice que se calme, que deje de decir esas cosas. Ya nos han visto.
Poco tardan en llegar hasta donde estamos los cinco. Aunque los chicos y Alejandra se esfuerzan en taparnos no podemos evitar que las monjas nos cojan por los brazos y empiecen a chillarnos que nos van a castigar, que nos iban a mandar internas y cosas así. Xin Yi empezó a llorar y yo me contuve por honor, no porque no tuviese ganas. De pronto, noto que me duele mucho una mejilla y veo a Christian cogiendo a Sor Remedios por el cuello del hábito. Se ve que la monja me ha pegado y Christian ha salido a defenderme, aunque no lo tengo claro, todo ha sido muy rápido.
-Mira, tú, vieja... vuelve a ponerle una mano encima a mi amiga y me encargo yo mismo de que ese Dios tuyo no puede hacer nada por salvarte de la que se te vendría encima...
-¡Tranquilo, Christian! - Axel intenta pararlo, pero no hay manera, parece que se va a comer a la monja.
La otra monja, que ha resultado ser Sor Elena, y Alejandra intentan también separar a Remedios y al chico, pero no hay manera. Al final, un policía se acaba bajando del coche, con una porra en la mano.
Al principio le dice que pare, pero el le ignora, sigue agarrando a la monja. Creo que ya no está en plan agresivo, parece que intenta asustar a las monjas para que no nos castiguen demasiado duro. Viendo que no suelta Sor Remedios, el policía le da con la porra en la cabeza y cae desplomado. Intento acercarme a ver cómo está, pero las monjas no me lo permiten. Nos llevan a Xin Yi y a mi al coche, después, en otro se llevarían a Axel y a Christian.
Todo aquello por una travesura de nada... Como dice la canción: nos hizo quemaduras aquella libertad.
Y menudas quemaduras.

--------------Nota de la autora-------------
Hola, gente ¿qué tal la semana? Espero haberle dado algo de emoción con este capítulo, que ha sido un poco corto, pero muy intenso.
La canción del capítulo es "Las chicas de mi barrio", de Amaral. Puede que si la escucháis os parezca un rollo el principio, porque se pasa casi un minuto con solo música de esta lentorra, pero la canción en sí es muy bonita, dadle una oportunidad.
Nada más, que paséis un buen fin de semana, y gracias por leer el blog :D

lunes, 26 de septiembre de 2011

Capítulo 7


---------------------------Xin Yi------------------------
Le comuniqué a Katia mi decisión durante la cena, poniendo la excusa de que me apetecía un poco de emoción en mi vida. La verdad es que mi objetivo principal era vigilarla, porque como ya he dicho no me fío de los chicos, principalmente de Christian. Me da mal rollo ese carácter chulillo suyo.
Pero tampoco le mentí del todo a Katia, la verdad es que me hacía ilusión escaparme un rato. Por variar...
------------------------Katia-------------------------------
Me alegré mucho de que Xin Yi viniese conmigo, a los chicos les conozco muy poco y prefiero que me acompañe alguien de confianza. Después de cenar, en un rincón apartado del comedor empezamos a hacer planes sobre como lo haríamos para escaparnos.
-Hemos planeado quedar a las 10:20 en la parte de atrás de la valla. Iremos con el tiempo justo, pero es que tenemos que esperar a que Carmen y las otras se duerman. -le cuento- No tiene ninguna complicación, a las y cuarto salimos despacio de la habitación y bajamos. La puerta de la cocina siempre está abierta...
-Hey, para el carro -me corta Xin Yi- No sé si te has dado cuenta de que si alguien nos ve por la calle con estas pintas se lo van a decir la las monjas -se señala el uniforme (bastante ridículo, estilo “muñeca manga”) -Tú no llamas mucho la atención con los pantalones, pero yo con el traje marinero...
-Tienes razón, no lo había pensado. Y la ropa de calle está en el armario... como nos vean abriéndolo van a sospechar.
-Pues a correr se ha dicho, que ahora la habitación está vacía. Vamos a aprovechar.
Nos levantamos las dos a la vez y subimos las escaleras hasta el primer piso, donde está nuestro cuarto. Al llegar a la habitación número diecisiete, que es la nuestra, miramos en todas las direcciones, a ver si hay alguien. Después de comprobar esto, entramos sigilosamente.
En la habitación no había nadie, todas estaban abajo. Por si aparecían pronto, cogimos las cosas a toda velocidad y nos las pusimos bajo el pijama, que después nos quitaríamos y meteríamos en una bolsa.
Las cosas marcharon como la seda. A las 10 menos cinco todas las luces estaban apagadas y diez minutos después todas se habían quedado dormidas. Estábamos muy nerviosas, así que nos levantamos diez minutos antes de la hora a la que debíamos estar abajo. Entramos en los cuartos de baño, donde nos quitamos los pijamas. Debajo yo llevo un pantalón vaquero oscuro y una camiseta negra debajo. Xin Yi lleva una falda verde (que no sé como ha metido en los pantalones del pijama) y una camiseta de manga larga, un tono más oscura que la falda.
Bajamos las escaleras y entramos en la cocina. Esta vez aquí no hay nadie, cosa que agradezco. No habría colado otra vez lo de mi sonambulismo, teniendo en cuenta que las dos llevamos ropa de calle.
La puerta de la cocina estaba abierta, como habíamos previsto. La monja que se encarga de hacer la comida, Sor Francisca, es muy despistada. Por su culpa, muchas veces tenemos que tomar la comida sin sal, o más salada de la cuenta.
Salimos pegadas a la pared para que no se nos vea, y cuando llegamos a una fila de árboles avanzamos pegadas a ellos. Poco después, estamos saliendo por el agujero de la valla. Al otro lado nos esperan los chicos.
-Buenas noches -decimos nosotras. Axel nos contesta de la misma forma.
-Tres minutos antes de la hora -comenta Christian.
-No vayas a saludar... -le reprocha Xin Yi.
-Anda, mira quien se ha dignado a venir. Menos mal que os pillamos dos entradas por si acaso. -Parece que a Christian le gusta darle la lata a Xin Yi.
Empezamos a andar a través del campo hasta que estamos un poco alejadas del orfanato y volvemos a la calle. Espero que no hayan quedado muchas huellas.
-Cuando lleguemos al circo, entrad vosotras solas, que nosotros tenemos que prepararnos para la actuación. -Nos indica Axel. A continuación, nos da las entradas.
-Ya nos sale mejor, menos mal que nos dejaste practicar en el orfanato. -me dice Christian, que iba unos pasos por delante y se ha situado a mi izquierda.
-No podía delataros -digo tapándome un poco la cara con el pelo. Creo que me estoy poniendo roja.
Ya vamos por la mitad del pueblo, es un inconveniente vivir en el otro extremo para movidas de este tipo. Xin Yi parece haber empezado a llevarse bien con Axel, va unos pasos por delante mía, charlando animadamente sobre un programa de la radio. Mientras, Christian y yo vamos unos pasos por detrás, el haciéndome una especie de interrogatorio que me recuerda a una escena de “Crepúsculo”. Yo estoy contestando sus preguntas, aunque me da un poco de corte. Parece verdaderamente interesado.
-¿Cuál es tu color favorito?
-El negro
-Se nota por tu ropa -sonríe, y casi me derrito- ¿Te gustan los animales?
-Sí, mucho. Pero odio las arañas. -Bien, estoy consiguiendo responder con más de 2 o 3 palabras.
Cuando más o menos me he relajado y ya le contesto con más confianza, llegamos al circo. Se oyen muchas voces de gente muy animada y de fondo el río.
Nos despedimos de los chicos y buscamos nuestros asientos, mientras le “chincho” a Xin Yi diciéndole que se lleva muy bien con Axel, que eso da ideas retorcidas a mentes como la mía.
Poco después de sentarnos empieza el espectáculo. La verdad, es de los mejores que he visto. Normalmente los payasos no hacen gracia, los animales parecen atontados... y no están dos amigos formando parte de los actores. Les sale bastante bien, aunque en un momento, Axel tropieza con una de las rampas de madera y por poco se cae. Pero es el único fallo que vi en toda la actuación.

----------------------UN RATO DESPUÉS--------------------
Sinceramente, creo que escaparnos ha merecido la pena. Xin Yi y yo estamos muy animadas y nos lo hemos pasado muy bien. Ha sido divertido. Esperamos a los chicos junto a un árbol, habíamos quedado allí para que nos acompañasen al orfanato. Poco después, aparecen allí los dos con cara de satisfacción. Las dos les aplaudimos.
-¡Os ha salido muy bien! -dice Xin Yi, emocionada.
-Ya ves, me ha encantado -me acerco tímidamente a ellos y les estrecho la mano.-¿Cómo lo hacéis para no poneros nerviosos con tantísima gente?
-Es todo cuestión de práctica. -me contesta Axel humildemente
-Como dice la canción (y también el director del circo, que no para de repetirlo): El público es mi ejército, fiel combatiente. -me guiña un ojo.
Estamos ya saliendo de la zona del circo cuando oigo a alguien saludarme, con tono contento.
-¡Anda, Katia! ¡Hola!
Me giro y encuentro a una de las últimas personas a las que me gustaría haber encontrado. Bajita, morena y sonriente. Imposible no reconocer a una adulta tan animosa.

 

___________________NOTA DE LA AUTORA________________
Bieeeeeeeeeen! He conseguido acordarme de poner la nota dentro de la misma entrada!! Tenemos que celebrarlo, mañana nos vamos tod@s de botellón. (Es coña, que conste que yo no bebo)
La canción del capítulo es "Voz de la calle" de Haze. Ya os dije que si escucháis las canciones, ibais a acabar hasta las narices de este cantante. Esta no es solo rap como la otra, también tiene ritmos árabes.
Nada más, espero que os haya gustado el capítulo y que paséis una buena semana :3

viernes, 23 de septiembre de 2011

Bastante malo el dibujo, lo sé... pero es que siempre se me olvida decirle a la dibujante que haga las cosas y estoy haciendo yo los dibujos. Podéis llamarme Sofía Memoria-Pez -.-"

Sobre el capítulo 6 y dibujo de Axel.

Por una vez, he hecho a posta lo de poner el comentario del capítulo a parte. La entrada iba a salir muy larga si ponía el capítulo, todo este rollo y el dibujo. Supongo que ya estaréis hasta las narices de que siempre suelte el mismo rollo o directamente habréis dejado de leerlo (lo veo normal), pero esta vez quiero decir algo importante.
He leido un libro (El Club de los Corazones Solitarios) en el que las chicas también juran que no se interesarán por los chicos. El argumento es MUY diferente, no me he copiado.
Por otro lado, os recomiendo el libro, que está muy bien.
Y ahora viene el rollo típico: La canción es la del capítulo anterior, su nombre sale al final de este capítulo. Y eso, que comentéis, critiquéis y me deis ideas de canciones (en español a ser posible) de cualquier estilo (pop, rock, reggae, hip-hop...) Nada más, que paséis un buen fin de semana :3

Capítulo 6


-¡¿Qué haces levantada a estas horas?! Ay, Virgen Santísima... para una chica que creíamos que era responsable... ¡¿Estabas robando?! Ay, señor...
Estoy que me va a dar un ataque, creo que casi peor que Sor Remedios. En estos momentos no pienso en Christian, ni en Axel, ni en el agua que tendría que llevarles. Solo pienso en la excusa que voy a poner para estar levantada a estas horas.
-¡Dime ahora mismo qué hacías o te llevo al despacho de Sor Mercedes! -me grita la monja, que ha perdido totalmente los papeles.
Intento decir algo, pero estoy en blanco. No se me ocurre ninguna excusa de qué hago abajo y con dos vasos de agua a estas horas. Tampoco quiero mencionar a los chicos del circo.
-¡No te quedes callada... -no puede terminar. En ese momento, aparece Xin Yi por la puerta.
-¡¡Katia!! ¡¡Aquí estás!! -me coge de la mano, en la que ya no tengo nada, pues se me ha caído uno de los vasos. No entiendo nada- ¿Le ha hecho algo, Sor Remedios? Es que es sonámbula... -al fin, comprendo cual es el plan de Xin Yi y le sigo el rollo.
-Donuts, quiero más Donuts... -digo con voz de dormida.
-Tu no sabes el susto que me ha dado... -dice la monja más tranquila- Pensaba que estaba robando...
-Disculpe, Sor Remedios. Ya me la llevo. -tira de mi mano y yo la sigo hasta que perdemos de vista a la monja.
Xin Yi se pone en frente mía y me agarra con fuerza por los hombros. Me mira fijamente a los ojos, de una forma que me da mal rollo. De pronto, vuelve la cara a toda velocidad y me da la espalda.
-¡Vuelve a darme un susto de estos y te saco los ojos! -está muy alterada.- Me levanto a media noche, tranquilamente, para ir al baño y veo que no hay nadie en tu litera. Y justo entonces oigo a la loca esa (Xin Yi y Sor Remedios no se llevan muy bien) chillando a todo trapo. ¡Pensaba que te había pasado algo! -cuando vuelve a mirarme, veo que se le han saltado las lágrimas.
-Lo siento, Xin... no quería asustarte... -me acerco a ella y la abrazo. -No te vas a creer lo que me ha pasado.
-Mejor me lo cuentas mañana, que nos van a oír hablar y van a venir las monjas. Además, todavía me estoy meando. Acuéstate, que mañana hay que madrugar para ayudar a vaciar la piscina y empezar a limpiarla.
Asiento y me dirijo hacia nuestro cuarto. Creo que ha sido la noche más emocionante de mi vida. Poco después, estoy profundamente dormida, soñando que hago de trapecista en un circo.

-------------------------------AL DÍA SIGUIENTE-------------------------
Estoy profundamente dormida, pero entre sueños noto a alguien sacudiéndome con fuerza. Poco a poco, consigo despertar.
-¡Por fin! ¡Creí que te habías muerto! -dice Xin Yi.
Recuerdo que el día anterior me acosté tarde, y aún me noto cansada. Entonces, recuerdo toda la movida en las pilas de escombros y me despejo del todo.
-No te puedes creer lo que pasó anoche... -empiezo a contarle a Xin Yi, pero me interrumpe.
-No, no sé lo que pasó, ya me lo contarás. Ahora esto es más importante. Ha venido a verte quién sea, y Sor Mercedes está que echa chispas. No me quiere contar nada, solo me ha dicho que te despierte y te haga bajar en seguida.
-¿Quién va a venir a visitarme a mí? -pregunto mientras empiezo a ponerme la ropa, aunque sé que Xin Yi no tiene ni idea.
Cuando me visto y me lavo la cara, en lo que no tardo nada, salgo corriendo de la habitación, seguida por Xin Yi. No sé qué puede estar pasando, pero mi compañera dice que Sor Mercedes está enfadada, y eso no puede significar nada bueno.
Llegamos al despacho de la monja completamente agotadas, seguro que hemos hecho un tiempo récord. Respiro hondo para tranquilizarme, me arreglo el cuello del polo, que llevo torcido y llamo a la puerta.
-Adelante -se oye desde dentro.
Intento abrir la puerta, pero estoy tan nerviosa que no lo consigo. Al final, lo hace Xin Yi. Entramos las dos juntas al despacho, ella delante y yo detrás. Allí está la monja y las últimas personas que habría esperado que me visitasen precisamente a mi.
-Buenas -saluda Axel. Su hermano hace un gesto con la cabeza.
-Katia, estos chicos han venido a verte. Sabes que no me gustan este tipo de visitas, pero como normalmente eres formal lo dejaré pasar
-Ja ja -se ríe de pronto Christian-, no piense mal de ella, señora. Es que hemos oído por el pueblo que es buena con los animales y hemos venido a ofrecerle un trabajillo. -miente con descaro.-Ahora, si no es molestia, queremos hablar con ella en privado. -dicho esto, sale del despacho seguido de Axel.
La monja me mira con cara de no comprender nada, pero yo le digo que no pasa nada y me voy detrás de los chicos, que nos están esperando junto a la puerta
-¿Otra vez aquí? -pregunto yo, toda alarmada.
-¿Cómo que “otra vez”? -Xin Yi me mira extrañada.
-¿Tienes intención de contárselo? -me pregunta Axel, refiriéndose a lo de anoche.
-Sí, es mi mejor amiga y podemos confiar en ella...
-Oye, como alguien nos escuche hablando de esto, se nos cae el pelo. - nos corta Christian.- Vayámonos a un sitio más apartado.
Echamos a andar hacia la planta baja para salir al patio, supongo que iremos a las pilas de escombros. Xin Yi me mira con cara de pánico, a saber lo que se le está pasando por la mente.
Conseguimos atravesar el patio sin que nos vea mucha gente y llegamos a nuestro objetivo. Allí apoyados sobre un árbol descansan dos monopatines. Nos sentamos sobre unos ladrillos y acordamos que lo mejor es contarle primero a Xin Yi lo que sucedió la noche anterior. Cuando acabo parece más tranquila, a saber lo que había estado pasando por su mente.
-Entonces, te pilló una monja... -dice Axel- Menos mal que apareció tu amiga. Nos asustamos mucho cuando vimos que no volvías. Lo siento.
-¡Pero bueno, seréis...! ¡A quién se le ocurre mandarla a abrir y cerrar grifos, sabiendo que no la pueden pillar levantada a esas horas! Y anda que tú también, vas y les haces caso...
-Cálmate, Xin... -le digo, poniéndole una mano en el hombro.
-Pues nada, para compensarte hemos pensado que te podrías venir esta noche a ver la primera actuación. Invitamos nosotros. Ven tu también, Xin Yi. -intenta calmarla Axel.
-Podría ser divertido -opino yo. - ¿Pero a qué hora es?
-A las 10 y media -me contesta Christian.
-Entonces no podemos, nos cierran las puertas a las 9. Además ¿Qué clase de circo actúa tan tarde?- contesta Xin Yi.
-No pasa nada que os cierren, hay un agujero en esa parte de la valla- Christian señala al muro. Es verdad que hay un agujero por el que podríamos pasar perfectamente. -Seguro que no os pillan, para esa hora está todo el mundo acostado. Por lo menos anoche.
-Por probar... -opino yo.
-¡¿Tú estás loca?! -me grita Xin Yi- Conmigo no cuentes. Estás cambiando, Katia... -dicho esto, se va.

--------------------------XIN YI------------------------------
Katia intentó convencerme varias veces a lo largo del día de que fuese con ella, pero no quiero más líos. Por otra parte, no quiero dejarla sola con esos dos, no me fío de ellos. No sé qué hacer. Normalmente escuchar la radio me aclara el pensamiento, pero esta vez no me está sirviendo. Ahora, empieza a sonar “Soy así” de Efecto Mariposa.

Aparca todo el mal humor
Y pasa página otra vez.
Haz lo que dicta el corazón
Yo lo haré....
Y otra vez, la música vuelve a aclara mis pensamientos. Como dice la canción: “Haz lo que dicta el corazón, yo lo haré”. Sí, acompañaría a Katia en su locura.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Sobre el capítulo 5 y dibujo de Christian


    Cómo ya es habitual, se me ha olvidado poner la nota del capítulo de hoy. Menuda memoria de pez. Pues nada, el típico rollo de siempre, que comentéis, que me gusta conocer vuetras opiniones y bla, bla, bla.
    La canción del capítulo es "Soy Así" de Efecto Mariposa, que también será del próximo capítulo. Nada, que espero que os gusten tanto el capítulo como el dibujo. Poco más, que paséis una buena semana :D


                                     

Capítulo 5

Estuve todo el puñetero día intentando sacarle a información a Xin Yi, pero no hubo manera. Siempre se mostraba muy cerrada y se negaba a darme ninguna pista o detalle de quién podía ser esa persona. La verdad es que estoy preocupada por ella, a lo mejor no es una buena persona el chico y por eso no quiere decir nada. Al final, son las once de la noche y no he conseguido ninguna información. Se supone que debemos acostarnos a las 10, pero estoy muy nerviosa entre unos temas y otros y no consigo dormirme. No soy de las típicas que acostumbran a desobedecer las normas, pero aquí me tenéis, dando paseos por la parte del jardín más alejada del edifico, para que no me pillen. A este ritmo, voy a acabar amargada, estoy nerviosa por demasiadas cosas a la vez:
      1. Estoy rompiendo las normas del orfanato.
      2. Estoy rompiendo mi propia norma de no enamorarme.
      3. Ya mismo será la feria, y me preocupa que nos pase algo.
      4. Cuando vayamos al circo, que ahora sí me hace ilusión, volveré a ver a Christian (qué nervios, tengo que ensayar por si le veo de cerca).
      5. Xin Yi aún no me ha contado quién le gusta
      6. ¿Xin Yi ha dejado de confiar en mí? Espero que no
      7. Esta lista es demasiado larga.
Sigo dando vueltas pegada a la valla, mirando por turnos mis zapatos y las estrellas. Voy demasiado centrada en mis pensamientos, haciendo otra lista sobre el punto 5 de la lista anterior y me choco con algo. Reprimo un grito para que no se me escuche. Alzo la mirada para ver contra qué me he chocado y, con sorpresa, reconozco a Axel, el chico del monociclo.
-¡Hola! Cuanto tiempo. -me saluda, muy tranquilo colocándose el gorro, que se le había caído.
-¡Hey, tú! ¡¿Qué se supone que haces aquí a estas horas de la noche?! -le digo yo en plan defensivo. Al orfanato no pueden entrar chicos sin autorización, y menos por la noche.
-No chilles, que te van a oír. Entonces no solo me regañarán a mí, porque apuesto a que no puedes estar en el patio a estas horas.
Comprendo que Axel tiene razón y bajo la voz:
-Está bien. ¿Qué narices haces aquí a estas horas?
-Mm... supongo que puedo decírtelo, a fin de cuentas no puedes contárselo a las monjas. Ven conmigo. -echa a andar hacia una zona bastante apartada. Antes había allí unas cuadras, pero ya solo quedan montones de ladrillos. Casi nunca va nadie por allí.- Supongo que te habrás dado cuenta, pero soy del circo Aplastante.
-Sí, estuviste a punto de atropellarnos a mi amiga y a mí el otro día, con un monociclo. Ella no se lo tomó nada bien.
-Lo recuerdo. Pues mira, el caso es que mañana por la tarde tenemos la primera actuación y en número nos sale fatal. He venido aquí con mi hermano a ensayar, porque se fijó esta mañana en que las pillas de ladrillo de allí nos podrían servir para los saltos con el monopatín. Yo estaba echando un vistazo para ver si alguien nos había visto, porque escuché tus pasos.
“Así que eran actores del circo, menos mal” pienso. Entonces, mi mente empieza darle vueltas a todo lo que a dicho Axel:
Mi hermano... Esta mañana... Circo... Monopatín... y caigo en la cuenta de quién es su hermano. Pero ya es tarde, no puedo salir corriendo y volver al edificio. Hemos llegado.
-“Esto me pasa por desobedecer las normas” pienso.
Allí está el hermano de Axel, dando unos saltos increíbles con el monopatín, con la melena negra al viento. Mi acompañante empieza a llamarle a voces. Menos mal que desde el edificio no se oye tan lejos.
-¡Eh, Christian! Mira de quién eran los pasos. Casi la atropello el otro día, y hoy se ha chocado conmigo.
Sí, encima cuéntale que soy torpe”-pienso, maldiciendo interiormente a Axel.
Christian baja del monopatín con cierta elegancia, me recuerda a cuando los gatos se bajan de los árboles. Se acerca a nosotros y me mira con una media sonrisa.
-Anda, mira que coincidencia. Tú estabas esta mañana en el despacho de la monja. Soy Christian -me saluda
-Yo... yo soy Ka... Katia -digo tartamudeando. Por Dios, se habrá pensado que soy una inútil. Le estrecho la mano con cierta torpeza.
-Oye, siento ser descortés, señorita -dice con cierta sorna, parodiando a su hermano, a todas luces más caballeroso que él- pero vamos a ensayar, no podremos contestar las preguntas, que veo por tu cara (roja, por cierto), que tienes
-Bueno, en...entonces, yo me voy. Bu...buenas noches. -empiezo a alejarme, toda nerviosa por el encuentro insospechado. Que mal lo he pasado cuando ha dicho que estaba roja. Pero de improviso, alguien me coge por el hombro.
-Hey, Katia -veo que es Christian y por poco si me da un ataque-, anda, tráenos agua, que se nos ha acabado y estamos “fritos” de sed.
Asiento con la cabeza, y me apresuro a alejarme para poder respirar tranquila. No sabía que el corazón humano pudiese latir así de rápido. Entro por la puerta de la cocina, que es por donde había salido. Como dice la canción: Tengo los pies en el suelo, la cabeza en el cielo. No se me ocurre pensar que las monjas pueden oírme.
Lleno dos vasos y voy a atravesar la puerta cuando me encuentro a Sor Remedios, la monja histérica que había montado un pollo el día de la visita de Doña Alejandra. Empieza a chillar toda alarmada, y me doy cuenta de que he metido la pata hasta el fondo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Bien, se me ha vuelto a olvidar! Sobre el capítulo 4

Hola, como podéis ver se me ha vuelto a olvidar poner la nota del capítulo. Pues nada, empiezo.
Este capítulo ha sido muy divertido de escribir y me ha encantado inventarme a Christian. Creo que es de mis mejores personajes, con permiso de todos los demás. Espero que comentéis y me digáis si os ha gustado.
Y poco más. La canción del capítulo es "El sol no regresa", de La Quinta Estación. Seguro que ya la habéis oido antes.
Nada más, que paséis un buen fin de semana :D

Capítulo 4

La semana se nos está haciendo eterna, no vemos la hora de que llegue el próximo jueves. Pero hoy es domingo y todavía queda mucho.
-Hay que ver lo ilusionadas que estamos todas -le digo a Xin Yi, que está tumbada a mi lado en el jardín- .Seguro que parecemos niñas pequeñas.
-Pero si es que son todo ventajas... Nos dejan salir del orfanato de noche (cosa que nunca habíamos ni soñado), nos podemos deshacer de los uniformes por un rato, si nos sobra dinero podremos ir al circo y además el sábado podremos estar hasta la una.
-Bah, lo de estar levantadas hasta tarde lo podemos hacer cuando queramos, siempre que no molestemos.
-Oye, Katia... ¿no te has dado cuenta? -la miro con gesto interrogativo. No sé a qué se refiere- Ay... a ver, ¿qué día va después del sábado?
-El domingo... pero no te vayas por las ramas. ¿Qué narices pasa?
-Tonta del bote, el domingo hay misa. Pero podemos decir que estamos muy cansadas y “hacer rabona” - me responde con una amplia sonrisa.
-¡¡Es verdad!! Que mente más retorcida, Xin Yi. En situaciones como esta me acuerdo de por qué soy tu amiga
En ese momento, veo que una sombra se acerca. Giro un poco la cabeza para ver quién es, y me encuentro con Carmen (nuestra compañera de habitación, ya mencionada antes), mirándonos con cara de desprecio.
-Hey, Katia, Sor Mercedes me ha mandado a buscaros. -dice con tono repelente. Después, susurra algo que suena como “vieja zorra...” y continúa hablándome.- Llamad a Rosa y tirad para su despacho. -Tras estás palabras, se va con gesto altivo.
-Que asco le tengo a esta tía -me dirijo a Xin Yi- ¿Qué querrá de nosotras Sor Mercedes?
-Pues algo relacionado con la salida, seguro. También ha llamado a Carmen y a Rosa, y ellas van. Verás que tienen narices de cancelarla...
Nos dirigimos hacia la puerta principal, que es donde suelen estar Rosa y su grupo. Son unas cotillas, y siempre quieren estar al tanto de quién entra y sale del orfanato. Cómo no, la encontramos allí con otras chicas. Le explicamos la situación.
-No creo que sea que vayan a cancelar nada... Probablemente tenga relación con el chico que ha entrado antes. -Echa a andar hacia el interior del edificio.
-¿Ha entrado un chico aquí? -pregunto extrañada
-Sí, más o menos de vuestra edad -Rosa es un años más joven que nosotras-. Moreno, ojos verdosos, con pinta de chulillo. Muy mono, la verdad.
Cuando Rosa termina de contarnos esto, Xin Yi me susurra:
-Oye, ¿esa no es la descripción del chico del otro día? Ya sabes, el del circo.
-Sí, lo estaba pensando. ¿Qué hará aquí?
Justo en ese momento, llegamos a la puerta del despacho de Sor Mercedes.
-Ahora lo descubriremos -dice mi compañera con tono intrigante-. Espero que no me de motivos para pegarle. Como traiga el monociclo, se lo quemo.
Entramos al despacho detrás de Rosa, yo riendo y Xin Yi con cara de asesina. Allí están las otras tres: Carmen, y dos chicas de dieciséis años que creo que se llaman Mari Carmen y Lisa. Enfrente de ellas, está Sor Mercedes, sentada en su sillón y el chico del que antes nos había hablado Rosa, apoyado en el escritorio. Al contrario de lo que habíamos pensado, no era Axel. Este chico tiene el pelo más largo está más delgado... Y para que engañaros, es más guapo.
-Ah, que bien que estamos ya todas -dice Sor Mercedes, sacándome de mis pensamientos.- Bien, no sé si lo sabréis todas, pero ha venido el circo a Fuente Vaqueros. El primer espectáculo será el domingo y hemos pensado que os vamos a dejar ir. Pero la entrada cuesta dos euros y tendréis que guardarlos del dinero que se os ha dado para la feria. Para las que estén indecisas, este chico va a explicar lo que se hará en el espectáculo.
El chico la mira con cara de susto, parece ser que no le gusta hablar en público. Pero viendo que la monja no hace otra cosa que sonreír, se despega del escritorio y carraspea un poco.
-¿Qué hay chicas? Mirad, la verdad es que no tengo nada claro lo que se va a hacer ese día. Se traen montada una guerrilla terrible, porque los lanzadores de cuchillos no quieren que actúen los payasos, dicen que no hacen gracia. Lo que si es seguro es el típico espectáculo de los tíos haciendo saltar a los tigres, los trapecistas y que a mi y a mi hermano nos van a poner a hacer piruetas con el monopatín. Poco más, si tenéis intención de ir, empieza a las 5 de la tarde. Adiós. -dicho esto, coge un monopatín que hay en el suelo, le estrecha la mano a Sor Mercedes y se dirige hacia la puerta, donde está apoyada Carmen.- Oye, déjame pasar -le dice, viendo que esta no se aparta
-¿Y si no quiero?.
-Se ve que a Carmen le ha pillado un mal día. Pobre chico, no sabe dónde se ha metido. Sí, he dicho “pobre chico”. No suelo apoyar a los hombres, pero es que Carmen me cae incluso peor que ellos.
-Carmen, haz el favor de comportarte. -la reprende Sor Mercedes.
Entonces, el chico hace un gesto con la mano, diciéndole a la monja que se calme. Se acerca a mí, que soy la chica que más cerca tiene, me da el monopatín (gesto que me coge por sorpresa) y vuelve a acercarse a Carmen. En el despacho reina el silencio. Los dos se miran desafiantes y de pronto, el chico alarga los brazos hacia Carmen y la coge en peso. La suelta a un lado de la puerta y vuelve hacia mí, que estoy sorprendida.
-Gracias, amiga -dice, cogiendo el monopatín y guiñándome un ojo. Después de esto, sale por la puerta muy calmado y la cierra tras de sí.

----------------------------------Xin Yi--------------------------------------
Viendo que Katia se ha quedado “cuajada” mirando la puerta, voy a seguir yo contando la historia. Disculpad las molestias.
Carmen está roja de ira y se ha quedado totalmente quieta donde la soltó el chico y tomo el mundo se está riendo de ella. Incluso Sor Mercedes, que intenta contener la risa y no puede. Katia empieza a reír también, cosa que me alegra. Hubo un momento en que estaba tan quieta que creí que estaba muerta. Bueno, os voy a seguir contando yo, que me hace ilusión.
Poco después todas salíamos del despacho.
-Qué potencia tenía el chico ese. Creo que se llamaba Christian, en el patín ponía eso. ¿Has visto la cara de Carmen? -dice Katia, riendo.
-Je je... ¿te ha gustado, eh?
- No es eso, solo me ha hecho gracia... -se tapa la cara con el flequillo, pero eso no me impide ver que se ha puesto roja.
-Te he pillado... ¡no me mientas! -digo burlona.
-¿No te vas a enfadar? -su voz suena extrañada.
-Que va, si es normal...
-Huy, huy, Xin... si no te enfadas es que no puedes, y eso significa... jeje... ¿quién es? -me dice toda animada y sonriente.
-¿Qué dices? -pongo tono de extrañada, pero noto que me he puesto roja.
-¡Te has puesto roja! No te creo...
-Como dice la canción: hoy te intento contar que todo va bien aunque no te lo creas, aunque a estas alturas un ultimo esfuerzo no valga la pena...

miércoles, 14 de septiembre de 2011

De la autora, sobre el capítulo 3 y la nueva rutina.

Hola, buenos días, tardes o noches. Según a la hora que leáis esto. Como tengo memoria de pez, se me olvidó poner la típica nota en el capítulo 3. Pues eso, lo de siempre. Que comentéis, y me corrijáis si tengo alguna falta de ortografía, gramatical... con confianza.
Y la canción del capítulo se llama "El precio de la fama". Es de Haze. Supongo que le mencionaré más veces, porque tiene unas letras muy buenas.
A parte de eso, tengo que decir que a partir de esta semana, pondré los capítulos los lunes y los viernes.
Pues ya está, poco más. Que sea leve la vuelta al instituto (qué poca gana). Hasta luego!

Capítulo 3


A parte de toda la movida junto al río, el día continuó con mucha normalidad. Compramos la carne y volvimos al orfanato a toda velocidad, para que las monjas no se preocupasen mucho por nosotras. Después, nos dimos un baño en la piscina y fuimos a comer, que es lo que estamos haciendo ahora mismo.
-Que bien que tengamos una patrona tan amable... imagínate que calor sin la piscina. -comenta Xin Yi por enésima vez.
-Ya ves... -contesto yo vagamente. Tengo mucha hambre después de haberme movido tanto ese día, y estoy muy concentrada en mi filete.
En fin, supongo que las anteriores palabras de mi amiga merecen una explicación.

Hace muchos años (en realidad, unos veinticinco), hubo en este mismo orfanato una chica morena, bajita... una persona muy normal. Esa chica era (y es) muy inteligente, y cuando salió del orfanato, a los 18 años, hizo una carrera de economía y otra también muy pesada que ahora no recuerdo. Nada más acabar sus estudios, se lanzó de cabeza al mundo empresarial y montó una empresa de ordenadores y esas cosas. Alcanzó mucha fama por la buena calidad de sus productos y se hizo millonaria. Como no había olvidado su pasado, empezó a donar generosas cantidades de dinero al orfanato Santo Cristo de la Victoria. Y todavía nos seguimos aprovechando.

-La verdad es que yo también le agradezco mucho lo que hace por nosotras -le digo a Xin Yi cuando acabo mi plato. - ¿Vienes a por un poco de...
Pero no me dejan acabar. De pronto, Sor Remedios, una monja que se pone histérica con mucha facilidad, empieza a dar voces a todo trapo.
-¡¡¡Niñas!!! ¡¡Haced el favor de callaros, que doña Alejandra está aquí!! Hay, por Dios... que mala imagen se va a llevar de nosotros...
Xin Yi y yo nos reímos, porque en realidad la única que sigue hablando es ella y la situación es bastante cómica. Pocos segundos después, entra al comedor doña Alejandra, que es la señora de la que he hablado antes.
-Vamos, tranquilícese, Sor Remedios... que ya están calladas. Además, hay confianza, ¿verdad, chicas?
-¡SÍÍÍÍÍÍÍÍ! -contestamos todas al unísono. La patrona nos cae muy bien a todas y no dudamos en demostrarlo.
-Así, me gusta -dice sonriente. De pronto, coge una silla y se monta encima-. He estado hablando con vuestras cuidadoras y hemos decidido organizar un concurso. Como ya sabéis, la semana que viene empieza la feria y normalmente las monjas no os dejan salir porque el presupuesto no da para 400 chicas con ganas de divertirse. Además, sería peligroso. Entonces, hemos decidido que haremos unas pruebas entre las chicas de 16 y 17 años. Todas las que queráis os presentaréis a unas pruebas y de los resultados de estas sacaremos a 6 chicas que podrán salir 2 días a las fiestas del pueblo. Además, esas jóvenes recibirán 10€ por cabeza. Bueno, no se hable más. Las pruebas se harán entre mañana y pasado. ¡Suerte a todas!
Dicho esto, baja de un salto de la silla, la limpia con una servilleta, la coloca y se va. Toma su relevo Sor Felisa, una monja joven muy marchosa, aunque esta no se sube en ningún sitio.
-Muy bien, chicas. Ya habéis oído a la patrona. Mañana a las 11 de la mañana empezará la primera prueba, que será de defensa personal. La haremos junto a la piscina. Para que nos organicemos un poco, tendréis que avisar de que os vais a apuntar antes de las 7 de la tarde de hoy. Nada más, seguid comiendo. ¡Y que aproveche!
Cuando acaba de hablar Sor Felisa, el caos se desata en todo el comedor. Todo el mundo comenta con sus amigas lo que va a hacer, y las pequeñas se quejan de no poder participar. Supongo que Xin Yi y yo participaremos, aunque decido preguntarle:
-Oye, Xin, nosotras participaremos, ¿no?
-¡Claro que sí! Es una oportunidad de oro, nos lo vamos a pasar en grande...
-Oye, no te confíes que vamos a tener mucha competencia -le digo sonriente, viendo lo emocionada que está.
Esa tarde la dedicamos entera a repasar lo que se debe hacer en caso de que alguien intente robarnos o secuestrarnos, y también repasamos matemáticas. Esto último, lo hacemos porque probablemente las monjas nos harán un pequeño examen para comprobar que no van a timarnos. Por la noche, después de cenar y asegurarnos de que nos hemos apuntado, nos dormimos rápidamente.
.................................... A LA MAÑANA SIGUIENTE...............................................................
Nos levantamos a las nueve, las dos sincronizadas de puro nervio. Vemos que las otras cuatro sigue dormidas y Xin Yi me susurra:
-Eh, vamos a dejaras encerradas y así nos quitamos competencia
-¡Oye..!
-Tranquila, que era broma.
-No, si te iba a decir que era una buena idea.
Salimos riendo de la habitación, aunque al final no las encerramos. Desayunamos y un cuarto de hora antes de que empiecen las pruebas, estamos ya junto a la piscina practicando el típico movimiento de la patada en los genitales. A las once, todas las chicas está ya allí y comienza la prueba.
A las once y media hemos terminado ya, y Sor Mercedes empieza a decir las que van a pasar a la siguiente “fase”.
-Bueno, vamos a anunciar los resultados. De las 73 chicas que os habéis presentado, solo seleccionaremos a las 20 que creemos que podrían sobrevivir sin problemas:
      1. Marta Castaño
      2. Tania Castillo
      3. María Pilar Lorca
      4. Lidia Martín
      5. Rosa María Fernández
Han dicho ya a 16 de las 20 chicas y Xin Yi y yo todavía no hemos sido mencionadas. Estamos muy nerviosas. Por fin, uno de nuestros nombres suena.
      1. Xin Yi Yie
Las dos saltamos de alegría, aunque seguimos en guardia por si mi nombre suena.
      1. Rocío Alfaro
      2. Carmen Ropero
      3.  Y al fin, la última chica... Katia Hernández
-¡¡¡Toma!!! -Xin Yi y yo nos ponemos a saltar- ¡¡¡Somos las mejores!!

Después de comer, como ya habíamos previsto, nos hacen una pequeña prueba de matemáticas no muy difícil. Unos cuantos problemas de lógica, unas cuantas divisiones, multiplicaciones, sumas y retas. Nos sale bastante bien a las dos y después estamos entre las 14 que pasarán a la siguiente fase.
-La verdad, yo veo esto una chorrada -comento yo-. Poder ir a la feria tendría que ser un premio para las más trabajadoras.
-Claro, así fijo que lo pillaríamos nosotras. Llevamos toda la vida haciéndoles recados a las monjas.
Pero de todas formas, al día siguiente la última prueba también nos sale muy bien. Trata de hacer favores a la gente del pueblo. Incluso ganamos unas monedillas. Xin Yi y yo salimos entre las elegidas para ir a la feria. Todo el mundo nos critica a las 6 que hemos ganado y nos dicen tramposas
-Eh, Katia... -me dice Xin Yi- ¿Te das cuenta de que nos están poniendo verdes todas?
-Lo sé, -contesto sonriente.- pero, como dice la canción: Ahora “compis” me critican a la espalda. No más drama, lo sé, es el precio de la fama. -Las dos nos echamos a reír.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Xin Yi



                                       - Nombre completo: Xin Yi Yie
                          - Lugar de residencia: Orfanato S. Cristo de la Victoria, Fuente Vaqueros, Granada.
                          - Lugar de procedencia: El norte de China
                          - Familia: Padre encarcelado, madre fallecida.
                          - Aficiones: Gatos, lectura y hacer el vago junto a Katia. También le gusta mucho coser, pero no lo suele admitir.
                          - Curiosidades: Su odio hacia su compañera Carmen, la lleo una vez a pegarle un chicle en el pelo. Se montó una revolución increible. A parte de eso, le gusta decir que Katia es su hermana, pero poca gente la cree ya que no se parecen en nada.
                 

Katia

              
                         - Nombre completo: Katia Hernández Rivadeneira
                 - Familia: se desconoce. Madre fallecida.
                 - Lugar de residencia: orfanato S. Cristo de la Victoria, Fuente Vaqueros, Granada
                 - Lugar de procedencia: Granada capital
                 - Aficiones: hacer el vago junto a su amiga Xin Yi, leer y ver la tele (principalmente programas de humos y deportes)
                 - Curiosidades: El sueño de su vida, a parte de encontrar a su padre, es salvar el medio ambiente. Adora cuidar las plantas de los jardines del orfanato.
                

                

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Capítulo 2

Desde el primer día, Xin Yi y yo tenemos mucha confianza la una en la otra. Cuando conseguimos calmarnos, ya estábamos más desahogadas después de haber hablado con alguien. Le enseñé todo el orfanato y le presenté a las otras cuatro chicas de nuestra habitación. A mi amiga no parecieron caerle demasiado bien, una teoría que confirmé en cuanto se alejaron un poco.
    • Más locas imposible. ¿Cómo pueden dejar las monjas que una chica de 9 años se pinte?
    • Es que Carmen hace lo que le da la gana. Como Sor Elena (que es la responsable de las chicas de 9-10 años) está hasta las narices de ella, la deja que haga lo que quiera.
Durante la cena, conseguimos sentarnos algo apartadas de nuestras compañeras, situación que aprovechó Xin Yi para seguir “poniéndolas verdes”.
“Algo maruja, pero me cae bien” -pensé.

De eso hace hoy 8 años. Las dos tenemos diecisiete años, pero pocas cosas han cambiado. Cuando salimos del orfanato, intentamos no acercarnos mucho a los chicos, no nos llevamos bien con nuestras compañeras de habitación y seguimos estando un poco marginadas. Todas las chicas están demasiado obsesionadas con buscarse un novio, pintarse, comprarse tacones y minifaldas... Esto no les gusta demasiado a las monjas, por eso Xin Yi y yo tenemos ciertos privilegios. Se puede decir que somos las “chicas de confianza” de nuestra responsable, Sor Catalina.
A veces eso es un poco cargante, como por ejemplo hoy, que nos ha tocado ir a comprar carne, patatas, tomates y zanahorias “para parar un tren”. Se ve que esta noche cenaremos estofado.
En este momento, estamos llegando al Coviran, el único supermercado del pueblo. Supongo que pensaréis que es una birria de pueblo, pero tiene sus ventajas. Hay mucha paz. De golpe, me estrello contra Xin Yi, que iba unos pasos por delante de mi y ha parado en seco.
    • ¡Eh, mira eso, Katia! -dice señalando hacia arriba. Al principio, solo veo una farola, pero acabo reparando en un cartel azul y amarillo.
    • Oye, ya somos mayorcitas para ir al circo... Además, creo que es el del año pasado, el de las arañas drogadas.
    • No, no... ese era el Circo Bomba. Este se llama Circo Aplastante. Además, mira, traen tigres.
Oh, no -pienso- Como haya tigres vamos a tener que ir por narices... con lo que a Xin Yi le gustan los gatos...”
    • Oye, ¿qué te parece si antes de comprar vamos a echar un vistazo? Lo van a poner al lado del río.
    • Está bien, pero rápido... no quiero que Sor Catalina se preocupe.
Cambiamos la ruta, y seguimos hacia arriba en vez de girar a la izquierda, que es donde está el supermercado.
Poco después, llegamos junto al río. Hay una gran marea de gente, todos moviéndose a gran velocidad. Algo apartadas, hay un montón de caravanas de muchos colores y unas jaulas bastante grandes, en comparación con las que suelen llevar los de los circos normales. Todo el mundo parece atareado en algo. Algunos están montando la carpa, ensayando sus números o, al igual que nosotras, cotilleando.
Nos acercamos algo más a las jaulas de los animales, aunque con cuidado ya que aunque estén amaestrados los tigres, leones... siempre imponen respeto.
De pronto, escucho a alguien gritar:
  • ¡Apartaos, apartaos! ¡Qué me estrello!
Empujo a Xin Yi a un lado al ver que un chico con un monociclo viene a toda velocidad hacia nosotras. Las dos acabamos tiradas en el suelo, a un par de metros del chico, que también se ha caído.
Xin Yi, que parece algo desconcertada al principio, mira al chico con cara de furia al comprender lo que había sucedido.
    • ¿Tú eres tonto o le pegas pellizcos a los cristales? -nunca la había visto tan cabreada. -Te voy a....
    • ¡Eh, eh! Tranquila, Xin... -decido intervenir- Vayámonos. Y tú, ten más cuidado. -agarro a mi amiga del brazo y echó a andar.
    • ¡Oye, vosotras! Esperad...
    • ¡Vete al cuerno! -le grita Xin Yi al chico. Yo también tengo ganas de pegarle, pero prefiero no montar espectáculos.
    • Hey, tranquila, hermana... déjame hablar. -Xin se calla, pero le sigue mirando con cara de odio- Se os ha caído la cartera -dice sonriente.- Espero que me perdonéis algún día... por cierto, me llamo Axel.
    • Muchas gracias, Axel. -digo yo, tomando el mando de la situación.- Yo soy Katia, y ella es Xin Yi. Bueno, adiós.
Salimos de la zona del circo, en dirección al centro del pueblo. Cuando nos alejemos un poco, mi amiga me pregunta, con cara de pánico:
  • ¿Por qué le has tratado bien? Nos iba a atropellar...
  • Bah, si no lo hizo a posta... además, nos ha devuelto la cartera, no creo que sea una mala persona.
  • Pero es un chico... bah, mira déjalo. No creo que volvamos a verle.
  • Por eso, si no, no le habría tratado bien.
No tenía pensado dejar mi guerra declarada contra los chicos, pero aquel nos había tratado bien y, como dice la canción: Destino escrito, nada puedes hacer (…) cosas prohibidas, de todo hay que hacer.

-------------------------Nota de la autora--------------------------------------------------
Bueno, pues ahí lleváis el capítulo de la semana. Creo que me ha quedado bien, aunque el final no me convence mucho. Ya me diréis lo que opináis, comentad.
La canción de este capítulo se llama "Destino escrito" y es de Kaotiko. No me gusta mucho, pero la frase pegaba. Y la del capítulo anterior es "Niños Vs Niñas" de Porta. Esta si me gusta más. Bueno, ahí os dejo, espero que os haya gustado ;D

jueves, 1 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 1


Capítulo 1
Ya hace 14 años de mi llegada a este orfanato... hay que ver como pasa el tiempo. Recuerdo cuando me llevaron en un coche de la Guardia Civil. Me pareció un sitio bonito, con todos esos chopos rodeando el gran edificio. Allí, a las afueras del pueblo, Fuente Vaqueros, hay muchas choperas. Le dan al pueblo un ambiente muy tranquilo.
Lo que no recuerdo mucho es cuando vivía con mi madre, porque murió cuando yo tenía 3 años. La verdad, “murió” es una forma muy suave de decirlo, en realidad se suicidó. Según me contaron las monjas del orfanato, mi madre había tenido una vida muy triste. Mi padre la dejó teniendo yo un año y no volvió a saber de él. Su pareja, un señor 5 años más joven que ella murió por una sobredosis con la drogas y ella no lo soportó más.
Cuando Sor Mercedes me contó esto, teniendo yo 9 años, lo pasé fatal. Aún recuerdo sus palabras, que aunque fueron dulces, me atravesaron como una navaja.
“Katia... ya eres mayor. Supongo que querrás saber lo que le ocurrió a tu madre, que en paz descanse”. Después de decir esto, se santiguó y me contó toda la historia. Al acabar, parecía tan dolida como yo. “Tranquila, ahora ella cuida de ti desde el cielo” Fue lo último que me dijo antes de dejarme sola en mi cuarto.
La verdad, no creí que mi madre me estuviese protegiendo, en realidad no creo en lo ángeles ni en nada de ese estilo, pero las monjas me habían acogido de todas formas, esperando convertirme.
Pasé la tarde llorando encerrada en mi cuarto, que compartía con 4 chicas más. No me llevaba bien con ellas, porque decían que yo era un bicho raro. En realidad, no era tan diferente a ellas, pero cuando a una persona le gusta leer y es más bien solitaria, no puede esperar que se la acepte del todo. “Que asco de sociedad” pensaba, y sigo pensando.
Nadie se acercó a la habitación en toda la tarde, pero a las 8, cuando ya empezaba a atardecer, Sor Elena llamó a la puerta. No tenía ganas de hablar con nadie, pero tuve que abrirle. Entró al lado de una chica de mi edad, oriental. Después, me enteraría de que era china.
-Mira, Katia. Tenéis una nueva compañera en la habitación -dijo la monja, sonriente-. ¿Había una litera vacía, no?
Después, salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí dejándome sola con mi nueva compañera de habitación.
-Hola, soy Xin Yi -me saludó-. ¿Te pasa algo? Parece que has llorado...
Generalmente no confío fácilmente en la gente, pero ese día estaba muy triste. Le conté mi historia, mientras ella intentaba consolarme. Después, me contó que sus madre había sido asesinada por su padre unos días atrás. Supuse que lo tenía más superado que yo, pero acabó llorando también ella.
En ese momento, me di cuenta de que las dos estábamos solas por el mismo motivo: hombres problemáticos. Y me prometí a mí misma que nunca me enamoraría. Como dice la canción: “cuantos más chicos conozco, más quiero a mi perro”