viernes, 16 de septiembre de 2011

Capítulo 4

La semana se nos está haciendo eterna, no vemos la hora de que llegue el próximo jueves. Pero hoy es domingo y todavía queda mucho.
-Hay que ver lo ilusionadas que estamos todas -le digo a Xin Yi, que está tumbada a mi lado en el jardín- .Seguro que parecemos niñas pequeñas.
-Pero si es que son todo ventajas... Nos dejan salir del orfanato de noche (cosa que nunca habíamos ni soñado), nos podemos deshacer de los uniformes por un rato, si nos sobra dinero podremos ir al circo y además el sábado podremos estar hasta la una.
-Bah, lo de estar levantadas hasta tarde lo podemos hacer cuando queramos, siempre que no molestemos.
-Oye, Katia... ¿no te has dado cuenta? -la miro con gesto interrogativo. No sé a qué se refiere- Ay... a ver, ¿qué día va después del sábado?
-El domingo... pero no te vayas por las ramas. ¿Qué narices pasa?
-Tonta del bote, el domingo hay misa. Pero podemos decir que estamos muy cansadas y “hacer rabona” - me responde con una amplia sonrisa.
-¡¡Es verdad!! Que mente más retorcida, Xin Yi. En situaciones como esta me acuerdo de por qué soy tu amiga
En ese momento, veo que una sombra se acerca. Giro un poco la cabeza para ver quién es, y me encuentro con Carmen (nuestra compañera de habitación, ya mencionada antes), mirándonos con cara de desprecio.
-Hey, Katia, Sor Mercedes me ha mandado a buscaros. -dice con tono repelente. Después, susurra algo que suena como “vieja zorra...” y continúa hablándome.- Llamad a Rosa y tirad para su despacho. -Tras estás palabras, se va con gesto altivo.
-Que asco le tengo a esta tía -me dirijo a Xin Yi- ¿Qué querrá de nosotras Sor Mercedes?
-Pues algo relacionado con la salida, seguro. También ha llamado a Carmen y a Rosa, y ellas van. Verás que tienen narices de cancelarla...
Nos dirigimos hacia la puerta principal, que es donde suelen estar Rosa y su grupo. Son unas cotillas, y siempre quieren estar al tanto de quién entra y sale del orfanato. Cómo no, la encontramos allí con otras chicas. Le explicamos la situación.
-No creo que sea que vayan a cancelar nada... Probablemente tenga relación con el chico que ha entrado antes. -Echa a andar hacia el interior del edificio.
-¿Ha entrado un chico aquí? -pregunto extrañada
-Sí, más o menos de vuestra edad -Rosa es un años más joven que nosotras-. Moreno, ojos verdosos, con pinta de chulillo. Muy mono, la verdad.
Cuando Rosa termina de contarnos esto, Xin Yi me susurra:
-Oye, ¿esa no es la descripción del chico del otro día? Ya sabes, el del circo.
-Sí, lo estaba pensando. ¿Qué hará aquí?
Justo en ese momento, llegamos a la puerta del despacho de Sor Mercedes.
-Ahora lo descubriremos -dice mi compañera con tono intrigante-. Espero que no me de motivos para pegarle. Como traiga el monociclo, se lo quemo.
Entramos al despacho detrás de Rosa, yo riendo y Xin Yi con cara de asesina. Allí están las otras tres: Carmen, y dos chicas de dieciséis años que creo que se llaman Mari Carmen y Lisa. Enfrente de ellas, está Sor Mercedes, sentada en su sillón y el chico del que antes nos había hablado Rosa, apoyado en el escritorio. Al contrario de lo que habíamos pensado, no era Axel. Este chico tiene el pelo más largo está más delgado... Y para que engañaros, es más guapo.
-Ah, que bien que estamos ya todas -dice Sor Mercedes, sacándome de mis pensamientos.- Bien, no sé si lo sabréis todas, pero ha venido el circo a Fuente Vaqueros. El primer espectáculo será el domingo y hemos pensado que os vamos a dejar ir. Pero la entrada cuesta dos euros y tendréis que guardarlos del dinero que se os ha dado para la feria. Para las que estén indecisas, este chico va a explicar lo que se hará en el espectáculo.
El chico la mira con cara de susto, parece ser que no le gusta hablar en público. Pero viendo que la monja no hace otra cosa que sonreír, se despega del escritorio y carraspea un poco.
-¿Qué hay chicas? Mirad, la verdad es que no tengo nada claro lo que se va a hacer ese día. Se traen montada una guerrilla terrible, porque los lanzadores de cuchillos no quieren que actúen los payasos, dicen que no hacen gracia. Lo que si es seguro es el típico espectáculo de los tíos haciendo saltar a los tigres, los trapecistas y que a mi y a mi hermano nos van a poner a hacer piruetas con el monopatín. Poco más, si tenéis intención de ir, empieza a las 5 de la tarde. Adiós. -dicho esto, coge un monopatín que hay en el suelo, le estrecha la mano a Sor Mercedes y se dirige hacia la puerta, donde está apoyada Carmen.- Oye, déjame pasar -le dice, viendo que esta no se aparta
-¿Y si no quiero?.
-Se ve que a Carmen le ha pillado un mal día. Pobre chico, no sabe dónde se ha metido. Sí, he dicho “pobre chico”. No suelo apoyar a los hombres, pero es que Carmen me cae incluso peor que ellos.
-Carmen, haz el favor de comportarte. -la reprende Sor Mercedes.
Entonces, el chico hace un gesto con la mano, diciéndole a la monja que se calme. Se acerca a mí, que soy la chica que más cerca tiene, me da el monopatín (gesto que me coge por sorpresa) y vuelve a acercarse a Carmen. En el despacho reina el silencio. Los dos se miran desafiantes y de pronto, el chico alarga los brazos hacia Carmen y la coge en peso. La suelta a un lado de la puerta y vuelve hacia mí, que estoy sorprendida.
-Gracias, amiga -dice, cogiendo el monopatín y guiñándome un ojo. Después de esto, sale por la puerta muy calmado y la cierra tras de sí.

----------------------------------Xin Yi--------------------------------------
Viendo que Katia se ha quedado “cuajada” mirando la puerta, voy a seguir yo contando la historia. Disculpad las molestias.
Carmen está roja de ira y se ha quedado totalmente quieta donde la soltó el chico y tomo el mundo se está riendo de ella. Incluso Sor Mercedes, que intenta contener la risa y no puede. Katia empieza a reír también, cosa que me alegra. Hubo un momento en que estaba tan quieta que creí que estaba muerta. Bueno, os voy a seguir contando yo, que me hace ilusión.
Poco después todas salíamos del despacho.
-Qué potencia tenía el chico ese. Creo que se llamaba Christian, en el patín ponía eso. ¿Has visto la cara de Carmen? -dice Katia, riendo.
-Je je... ¿te ha gustado, eh?
- No es eso, solo me ha hecho gracia... -se tapa la cara con el flequillo, pero eso no me impide ver que se ha puesto roja.
-Te he pillado... ¡no me mientas! -digo burlona.
-¿No te vas a enfadar? -su voz suena extrañada.
-Que va, si es normal...
-Huy, huy, Xin... si no te enfadas es que no puedes, y eso significa... jeje... ¿quién es? -me dice toda animada y sonriente.
-¿Qué dices? -pongo tono de extrañada, pero noto que me he puesto roja.
-¡Te has puesto roja! No te creo...
-Como dice la canción: hoy te intento contar que todo va bien aunque no te lo creas, aunque a estas alturas un ultimo esfuerzo no valga la pena...

No hay comentarios:

Publicar un comentario