viernes, 23 de diciembre de 2011

Capítulo 29

        Ya ha llegado el gran día, hoy es nuestro cumpleaños. Xin Yi y yo cumplimos hoy los dieciocho y al saldremos del reformatorio. Tuvimos suerte de entrar las dos en el mismo, así que nuestra estancia aquí no ha sido tan dura como esperábamos.

         Los educadores están muy contentos con nosotras, somos las menos problemáticas, estudiamos y no quemamos gatos. Los demás internos nos tienen por unas raras, pero nos da igual.

-      Katia, pásame el jersey del orfanato –me dice Xin Yi, que está a mi lado haciendo su maleta.

-      ¿De verdad vas a quemarlo?

-      Cuando Xin Yi promete algo, siempre lo cumple –dice solemnemente.

Como las monjas tuvieron mucho que ver en la decisión de que nos metiesen aquí,  Xin me prometió el primer día que, en cuanto saliésemos, iría a la puerta del orfanato y quemaría allí mismo su uniforme. Parece que lo va a cumplir.

         Seguimos metiendo nuestras cosas en unas maletas que nos han regalado. Ropa, documentación… todo metido a presión. Ahora, lo único que nos preocupa es salir de allí y no volver, no que se nos arrugue la ropa.

         Al principio nos preocupaba también cómo sobrevivir, ya que no tenemos familia ni nada, pero el estado nos va a pasar una especie de pensión mientras encontramos o no trabajo. Además, la directora del reformatorio se ha encargado personalmente de alquilarnos un piso en el que vivir.

         Nada más acabar, salimos corriendo y solo nos despedimos de algunos monitores. Ya tenemos los papeles que necesitábamos, no queremos pasar más tiempo en este lugar.

         Cogemos un autobús que nos lleva desde Sevilla (lugar de nuestro encierro) hasta Granda y de allí a Fuente Vaqueros. Como es el único lugar que conocemos bien, pedimos que nuestro piso estuviese aquí.

         Yo me emociono mucho al llegar, y tengo que contener las lágrimas. Que recuerdos… los niños en patinete entorpeciendo el tráfico, los bares llenos a cualquier hora, los árboles por todas partes… hogar, dulce hogar.

         En cambio, Xin Yi sale corriendo a tanta velocidad como la maleta le permite en dirección del orfanato. Se ve que esta deseando montar otro espectáculo. Debería de impedírselo, pero me apetece darles un susto a las monjas. No creo que pase nada por una broma.

         Corro detrás de ella intentando alcanzarla, pero parece que está poseída, esa velocidad no puede ser de una humana. Le grito que pare, y aunque me lanza una mirada de reproche, lo hace. La alcanzo y seguimos caminando hacia allá, ella riendo y yo jadeando.

         En ese momento, recuerdo la historia que me contó Axel en el piso de Almuñécar ¿será capaz de haber aparecido?  Eso estaría bien, me apetece volver a verles a él y a su hermano, pero… ¿y si todavía no ha olvidado lo que sentía por mí? Eso ya no me gusta tanto. Sería traicionar a mi mejor amiga, así que decido no ir por si acaso.

-      Oye, Xin… que yo mejor me voy, estoy muy cansada. –me mira extrañada.

-       Como quieras, ¿recuerdas dónde estaba el piso?

Asiento con la cabeza y me voy, como dice la canción, vuelvo a casa perdida otra vez.

Perdida porque aunque sé que he hecho bien, puede que pierda a Xin Yi si empieza salir con Axel. Y entonces me quedaré sola.

Llego a la entrada del piso y abro para acceder al portal. Allí, me espera algo, o mejor dicho “alguien” que me hace olvidar todas esas preocupaciones. Grito y me lanzo a sus brazos.        

------------------------Nota de la autora-------------------
Ya tenéis aquí el capítulo 29, gentecilla. Esta tarde subiré el 30, que es también el último.
¡Buaaaaaaaaaaaaaaaa, me da mucha penita acabar! Le he cogido cariño a los personajes...
Bueno, no os voy a contar todo este rollo, que eso toca en el último capítulo (además, si hablo mucho más me voy a poner a llorar, en serio).
La canción de este capítulo es "La niña que llora en tus fiestas" de la Oreja de Van Gogh.
Nada más, ya lloraremos tod@s juntas con el capítulo 30. Hasta la tarde.
PD: La nueva historia empezará el próximo viernes,30 de diciembre.

4 comentarios:

  1. Bueno queman gatos tampoco esta mal, en mi instituto no llegan a tanto solo los pintan de verde y los meten el la basura, lo normal.
    Bueno que me encanta esta historia y que ya se acaba :( bueno te seguiré en la otra.
    Un beso, Marisa.

    ResponderEliminar
  2. En mi clase hay una chica que quema gatos, eso me dio la idea... que triste.
    Sí, a mi también me da mucha penita que se acabe, me emociono al pensar en lo q pondré en la nota del capítulo 30 :'(

    ResponderEliminar
  3. De verdad hay una chica en tu clase que quema gatos? que bestialidad..pobres..
    me encanta la historia y me da mucha pena que se acabe pero estoy segura de que la otra historia sera genial,como esta
    y tu que tal de notas? yo deje unas cuantas y logre convencer a mi madre de que me dejara el ordenador solo para lee tu historia :P

    ResponderEliminar
  4. Yo las aprobé todas, aunque me regañaron por sacar notable en mates ¬¬"
    Por cierto, gracias por pedir que te dejaran leer la historia, eso motiva :)
    Feliz Navidad!

    ResponderEliminar