lunes, 12 de diciembre de 2011

Capítulo 26

De repente, Jessica me quita las “mantas” (si es que a lo que usamos se le puede llamar manta) de un tirón, y yo me levanto de un salto. El airecillo húmedo de la playa hace que el verano nos sea tan cálido como en el centro de la Península y, de todas formas, ya estamos a mediados de septiembre, aunque no sabría decir qué día es exactamente.

         Estoy de mal humor, aunque no tengo muy claro el motivo,  y empiezo a discutir con mi hermana diciéndole que me devuelva las sábanas.

-      ¡Katia, no le regañes! –se oye la voz de Xin Yi desde el salón- ¡La he mandado yo, que es muy tarde y hay que limpiar esto!

Al escuchar la voz de mi amiga, recuerdo lo sucedido la noche anterior con Axel. No llego a ocurrir nada a parte del beso, pero el recuerdo me hace sentir bastante mal. De hecho, debo de haber puesto mala cara, porque Jessica me pregunta:

-      Oye, ¿estás bien? Te has puesto blanca…

-      Sí, es que me ha dado un mareo al haberme incorporado rápido. Ahora voy, espera que me lave la cara.

Entro al baño de la habitación hecha un manojo de nervios. En realidad sé que no fue culpa mía, pero tampoco intenté apartarle.  Fue una mala idea quedarme con él en la terraza, tendría que haberme dado cuenta de que estaba muy atento conmigo últimamente.

Sé que no puedo quedarme encerrada en el baño todo el día, más que nada porque acabaría reflexionando sobre lo mal que está todo y cogería una depresión.

Me levanto del váter, donde había estado sentada con la cara entre las manos, y me lavo la cara con las manos. Tomo nota mental de que debemos conseguir toallas y salgo del baño.

Rezo para que Axel no esté en el salón, pero está junto a los demás comiendo tostadas con mantequilla. Me saluda muy tranquilamente, como si la otra noche no hubiese ocurrido nada, cosa que me relaja.

Me siento junto a su hermano en el mugriento sofá, y este me da una colleja a modo de saludo. Procedo a untar mantequilla en un trozo de pan y me lo llevo a la boca. La verdad es que tenía mucha hambre.

-      Pues he pensado que podríamos dejar a dos limpiando el salón y los demás meternos en la cocina. Está hecha un asco, hay grasa por todas partes.

-      Katia y yo que estamos todavía medio dormidos nos quedamos con el salón –dice Axel levantándose.

Se me abren mucho los ojos y me quedo sin respiración. Me siento incapaz de aguantar más momentos a solas con él. En ese momento interviene Xin Yi, salvándome:

-      No, yo creo que Katia podrá apañárselas mejor que yo. Es más alta y alcanzará mejor los estantes de encima de la hornilla.

Dicho eso, nos empuja a Jessica, a Christian y a mí hacia la cocina. Antes de apartarse de mí, me susurra al oído las siguientes palabras: “Sospecho que os traéis algo entre manos y que eso no te agrada. Creo que te hago un favor”

Y después de decir esto, se aparta de mí sonriendo. Pero no es una sonrisa sarcástica, sino sincera y llena de apoyo. Creo que acabo de descubrir un rasgo importante de la verdadera amistad, y es que los buenos amigos siempre están ahí para apoyarse y saben lo que ocurre sin necesidad de palabras.

Como dice la canción: La amistad es algo que atraviesa el alma
---------------Nota de la autora-----------
¡Buenas tardes-noches!
Aquí os dejo el capítulo 26, algo cortito, lo sé, pero es que quiero alargar la historia hasta final de año y veo que el chicle no se estira lo suficiente.
Además, la canción era fácil de poner en este punto de la historia, así que he aprovechado.
Bueno, me queda decir que ya está abierta una nueva encuesta en el lado derecho de la página y que DEBÉIS votar en ella :)
La canción es "Las cosas que vives" de Laura Pausini.
Nada más, que paséis una buena semana y tengáis suerte en lo exámenes.

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